Cuando todo parecía en orden y sus opciones se habían revalorizado a raíz de su última salida, volvió “Kendaya” a aliarse con el infortunio en su tercer sprint primaveral. Esta vez, una pequeña piedra en uno de sus cascos posteriores ocasionó una herida que echó por tierra cualquier opción de victoria, medallas o colocaciones menores. Hace tiempo asumimos su excepcional habilidad para no ser ganadora, pero si a esa esencia se le añaden desventuradas especias y montas inadecuadas, la ecuación se eleva a la máxima potencia de la inviabilidad.
Ayer, con una piedra en un zapato, su monta tampoco ayudó a que los 1.200 metros fueran algo más llevaderos. Partiendo desde el cajón 1, demasiado pronto el capitán que llevaba el barco la aproó contra el viento en solitario, y la privó del cobijo y resguardo que la yegua siempre necesita para navegar en su mejor condición. Nunca a “Kendaya” se le pusieron tantas cosas en contra en un espacio-tiempo tan corto. Al final un triste último puesto que requiere de manera urgente un cambio de rumbo y de navegante.
“Kendaya” hasta que vuelva a merecer luchar esos complicadísimos grandes premios de velocidad, pone un rumbo a aguas algo menos agitadas y tranquilas donde posiblemente encuentre la victoria que tanto necesita. Tras dos años en la disciplina, la yegua siempre se ha defendido de manera titánica en una exigente linea recta, pero los machos, uno detrás de otro, la llevan maltratando psicológicamente desde hace tiempo, y es hora de abandonar momentáneamente el proyecto. Lamentablemente, hemos decidido bajarnos del Gran Premio de velocidad primaveral para dejar a los machos regar solo con testosterona la dura linea recta madrileña y poner rumbo al metraje de milla corta sobre los 1.400 metros. Una distancia que de igual forma se ajusta a su condición de velocista con la ventaja de una curva para respirar que suaviza de alguna forma esa mecanización selectiva que le está costado desarrollar en plenitud. Su próximo calendario, siempre que su problema en el casco quede definitivamente resuelto esta misma semana, pone rumbo al Premio Barattisima, una prueba de condición contra las de su mismo género sobre esta distancia, y un cambio de residencia posterior a tierras vascas donde pasará el verano para disputar también esa corta milla donostiarra en las diferentes pruebas estivales.
La mala fortuna de “Kendaya” ayer, no hace más que confirmar el ciclo negativo en el que estamos inmersos desde inicio de temporada. No había comenzado aún el circo cuando un violento cólico se llevaba por delante a nuestro principal activo de dos años con el que volvíamos a crear grandes expectativas para este mismo año, y venidera edad clásica. Sin apenas tiempo para recuperarnos de ese doloroso infortunio, los problemas de salud de “Super Trip” volvían a aparecer tras su reaparición, y desgraciadamente será forfait hoy en el premio Teresa, prueba que tenía prácticamente en el bolsillo, a poco que su salud le hubiera permitido confirmar el partant. Tampoco su futuro es muy alentador ahora mismo y, ya sin tiempo esta temporada para comenzar su nueva vida reproductora, hemos decidido también cambiar su residencia a partir de junio a esas mismas tierras vascas donde una menor altura, una mayor humedad, y una probabilidad también mayor de encontrar terreno cómodo puedan atenuar esos problemas respiratorios que no la permiten defender su reinado ganado a pulso en sus dos años precedentes.
Y como si los Dioses del turf aun no hubieran colmado su villano empacho con nuestra cuadra en apenas 100 días, «Alwin Bram«, el nuevo activo que recién adquirimos en la pasada brezze up madrileña como sustituto del malogrado “Ketaro”, tuvo recientemente una infección a consecuencia de su castración que derivó en un principio de infosura que le llevó de urgencias a una hospitalización de cinco días. Parece que ha salvado los muebles, pero su esperado debut queda necesariamente aplazado ya para la temporada otoñal en el mejor de los casos.
No es fácil encajar tantos fustazos en tan poco tiempo, pero la única forma de luchar contra esos traviesos Dioses es ser pacientes y esperar a que se aburran y tomen camino a otra parte.
Con todas estas desdichas, la verdad es que no hemos disfrutado demasiado esta primavera que iniciábamos con enorme ilusión, pero somos conocedores que los ciclos, tanto negativos como positivos, no son nunca eternos y, tarde o temprano, volverá de nuevo la calma y los éxitos a nuestra cuadra.
Lo bueno siempre está por llegar ……