Tras un comienzo 2019 desolador y del todo inesperado, el pasado 8 de agosto dábamos una última oportunidad a “Danubian Blue” para resurgir de esas cenizas que, durante todo el pasado año había ido acumulando en su haber. Su octavo puesto en una segunda parte de hándicap ese mismo día, resultó definitivo para su despedida en competición y pase a la yeguada. Desde entonces, asumimos que aquella yegua que batió con descaro en su debut a los “Axioco”, “Liberri”, “El Guanche”, etc… , se había transformado carrera tras carrera en una yegua muy modesta y apática, sin intención alguna de volver a ganar valores perdidos.
Pasó el verano y a continuación todo el otoño, y su largo descanso en la yeguada alejada de competición evidenció un cambio en su comportamiento diario. Con la llegada de nuestro actual preparador Eduardo Buzón a comienzos del presente año, decidimos en conjunto insistir con ella para emprender una nueva etapa en competición. Su edad clásica había pasado bajo un cúmulo de desdichas, pero de alguna forma queríamos confirmar que aquel gran debut no fue un espejismo puntual. Decidimos entonces retornarla a competición en el mes de enero para ir buscando forma y aprovechar su valor bajo actual con vistas a la primavera. Posterior, el efecto “Covid19” trastocó los planes y ya, de perdidos al río, decidimos esperar a que el temporal amainara y despejar definitivamente las dudas.
El próximo domingo llega el día de su reencuentro con la competición casi 11 meses después en un nuevo hándicap de segunda parte donde vamos casi a ciegas. Por una parte, seguimos creyendo que tiene calidad para competir muy dignamente, pero por otro lado, nos siguen asaltando las mismas dudas que antaño. Sus trabajos son buenos, pero solo cuando ella quiere… Algo la dejó tocada desde su debut a esta hija de “Canford Cliffs”, y ese “algo” es tremendamente complejo descifrarlo y poner remedio. Su valor actual 28 no nos permitiría continuar con ella si no vemos un ápice de mejora aunque, por otra parte, sabemos que todavía es más difícil cuando su ritmo de competición después de tanto tiempo inactiva, está muy lejano con respecto a los 10 enemigos que tendrá en pista este domingo. Esperamos que los seis meses previos que lleva trabajando diariamente sin ningún problema físico, le sirva para enjuagar ese hándicap en contra y nos ofrezca ese mínimo necesario para programar una segunda salida este mismo verano.
Sinceramente, desconocemos cómo responderá tras once meses sin competir. Alargamos hasta los 2.100 el metraje en esta primera salida para que encuentre un ritmo cómodo de inicio y, aunque la intención del “prepa” es vestirle con anteojeras y buscar posiciones de vanguardia con un hándicap adicional del cajón 11, no tenemos claro lo que pasará por su cabeza una vez se abran los cajones. Si la yegua quiere seguir compitiendo, buscará su opción y dará la cara, calidad no le falta. Si, por el contrario, la yegua quiere seguir viviendo tranquila en el campo, lo tiene aún más fácil que nunca completando un recorrido sin más.
Por nuestra parte, ponemos toda la carne en el asador con una monta de garantías como la de Borja Fayos. A este jockey, ninguna yegua le va a tomar el pelo, por lo que asumiremos las observaciones y consejos que él nos transmita al final de una prueba que viviremos, por un lado, con la ilusión de recuperar poco a poco esa confianza perdida y, por otro lado, con la incertidumbre de que nos vuelva a dar otro disgusto en esta última apuesta por ella. Lo que tenga que ser, será. Confianza plena en la preparación que ha estado a cargo de sus trabajos en estos últimos seis meses y que ha decidido ponerla en marcha, pero quien corre el domingo, es ella. Veremos cual es su decisión de cara al futuro….