Mal comenzaba la semana para nuestros colores con el forfait definitivo de ‘Orlov’ en su primera de vallas francesas, y mal ha terminado nuestra primera incursión a tierras galas con ‘Ranyán’ donde en su debut sobre la fibra francesa no le sirvió para demostrar nada. Apenas llegó sudado al box, como si de un ‘canter’ rutinario hubiera hecho en pista, y su condición de favorito justo antes de la carrera se fue al traste.
Cara de tontos se nos quedó hoy a un buen amigo; ‘Eduardo Buzón’ y a mí, después de la carrera cuando vimos lo que había pasado, pero de vez en cuando pasan estas cosas en este mundo, y hoy nos toco vivirlas en primera persona. Habíamos confiado la monta al mejor del momento y eso era una garantía de éxito.Christophe Soumillon no hay que presentarlo, y es el ‘genio del galop francés’ y parte del extranjero. Tipo parco en palabras, introvertido y con alguna que otra actuación inimaginable e inconcebible, pero propio de los genios, que suple ampliamente con otras muchas más que le hacen ser el mejor francés sobre un caballo. Los ‘genios’ tienen este matiz que hace diferenciarlos del resto, y cuando se equivocan es la mejor prueba para confirmar que al fin y al cabo son humanos.
Las instrucciones en el padock fueron muy claras…. Estar en punta durante toda la carrera, que viera pista, y aprovechar su acción y largo sprint de final de recta para luchar la carrera. No había más instrucción que esta, conocemos al caballo y todas sus cinco carreras ganadas habían sido de esta forma. Salió bien de cajones y todo parecía presagiar que la gestión sería fácil de llevar, pero poco a poco fue perdiendo posiciones y en los últimos 400 no hubo forma de encontrar hueco para afrontar el sprint. Ranyán vivió su primera experiencia de lucha ‘cuerpo a cuerpo’ y recibió dos golpes en su lucha por buscar hueco que sin duda le hicieron desistir, y confiemos que no se haya llevado una mal lección con esto.
Apenas pudimos mantener una breve conversación con ‘Soumillon’ después de la carrera y sus conclusiones fueron parcas: el ritmo era alto de inicio y quiso dejar respirar al caballo durante los primeros 2.000 metros para tenerlo todo en la recta, después no encontró el hueco, y tras golpearse dos veces en la lucha por pasar, desistió.
Es lo malo de la improvisación de los genios, no siguen un mismo guión, ni hacen demasiado caso a lo ordinario y común, por eso son genios, pero en este caso el ingenio de este ‘crack’ nos propició una tremenda decepción y toda nuestra ilusión se vino al traste.
En cualquier caso, una gran experiencia personal y también para nuestros colores en nuestro debut en tierras francesas, algo que merece la pena vivir sin duda y que seguro repetiremos para quitarnos este mal sabor de boca.
Nuestra más sincera enhorabuena para Luis Salvador Márquez como propietario de ‘Monsieur Opera’ que logró un segundo en esta carrera, y que pudo ganarla fácil. Reclamado el caballo por 15.500 euros, pudo finalmente defenderlo y viene de vuelta para Madrid.