Complicada jornada la que nos tocó vivir el domingo asumiendo esas siempre derrotas amargas que, de alguna forma, nos obligan a variar ligeramente el rumbo de ambos protagonistas en la escena.
Tras un par de cafés, una cerveza y un vino blanco, terminábamos la larga espera hasta la cuarta de la jornada para volver a recibir en el paddock a aquel potro que naciera como primer producto de nuestra yeguada. “Highdark Blue”, después de su precipitado debut hace seis meses, volvía a pista ya casi sin reconocer al que le diera su primer biberón en aquel 28 de mayo de 2020 en plena pandemia. Ahora, mucho más curtido en haceres laborales, se presentaba sereno, con más carga muscular y, todavía, con la misma cara de pillo juguetón. Sin posibilidad de jockey conocido, se subió encima Adrian De Vries que se presentaba por primera vez en Madrid exhibiendo su laureado palmarés internacional. Como si fuera una repetición de su debut, “Highdark” volvió a quedar dormido en cajones siendo el embutido de un nuevo sándwich que desde ese mismo momento le condicionó a viajar en furgón de cola durante la carrera. Así se mantuvo durante todo el recorrido hasta encarar la recta final donde el alemán lo puso a trabajar por carril exterior y donde, al menos, pudimos ver estirarse al potro con una buena acción que le permitió rebasar a dos rivales al final de la recta para volver a poner otro 10 en su casillero.
A partir de ahora, y ya como universitario, creemos necesario un cambio de rumbo para «Highdark Blue», y exigirle una mayor actitud para poder ir ganando confianza y aumentar valor. Con el valor actual demostrado, y ya teniendo el tiempo y edad suficiente para competir, necesitamos ver ya progresión para afianzarse definitivamente en la cuadra. En tres semanas de nuevo a pista para volver a intentarlo con unas órdenes más valientes, donde tendrá obligatoriamente que meterse mucho más en carrera desde cajones, y demostrar que quiere seguir compitiendo.
Tras la disputa del primer Gran Premio de la temporada y ver a “Lisicles” llevarse el premio para su misma casa, volvíamos a ver en el paddock después de seis meses a nuestra campeona “Super Trip”. Era una reaparición que llevaba consigo alguna trampa oculta que debíamos salvar después de tanto tiempo fuera de competición. Su calidad debería compensar esta falta de ritmo, pero la realidad nos hizo ver ayer que, la prudencia muchas veces no acompaña al éxito.
Después de sus problemas respiratorios acaecidos en la segunda parte de su edad clásica, habíamos decidido en consenso intentar paliar ese hándicap con un largo descanso alejada de la competición. Así pues, la yegua permaneció en la yeguada con un tratamiento especial durante un largo tiempo invernal, y retomó su rutina laboral ya iniciado el año entre no pocos algodones. Sin ser exigida en sus primeros trabajos, se fueron consumiendo las semanas y los meses, y la lógica desconfianza de no echar al traste todo lo que se había logrado hasta la fecha, la hizo no llegar a completar su programa inicial y buscar una reaparición algo más liviana que nos ayudara a todos a ganar esa confianza.
Ayer aparecía en el paddock algo sudada, síntoma claro de su nerviosismo después de tanto tiempo inactiva. Su gran compañera de trabajo, Covadonga, iba a ser también su compañera de viaje en esta reaparición con unas órdenes que cumpliría al dedillo durante el recorrido. Pero desgraciadamente, cuando Cova se dispuso a ir a por la carrera en el poste de los 300, no apareció ese cambio de ritmo de antaño de su querida confidente y tuvo que claudicar a 100 metros del poste de meta conformándose con una tercera posición que sabe más bien a poco si tenemos en cuenta sus valiosas conquistas pasadas. Reaparición digna, pero con el lógico sabor amargo después de tocar el cielo alguna que otra vez….. Agradecer a Cova su predisposición, confianza y buen recorrido que tuvo guardando incluso yegua en los últimos metros cuando vio antes que nadie que la victoria se difuminaba. No era nada fácil el rol que tuvo que aceptar ayer, pero demostró estar a la altura del acontecimiento, que seguramente recordará de por vida.
Comprobado que esos problemas respiratorios no aparecieron, ni tampoco fueron motivo de una actuación por debajo de su nivel, creemos que es necesario se vuelva a recuperar la confianza a todos los niveles y se cambie el rumbo. Agradecemos la prudencia, moderación y cautela con la que, desde el enorme cariño y respeto que se la tiene en el patio, han venido realizando sus responsables directos. Pero la enorme exigencia de la competición desgraciadamente no comparte estos dignos principios. Asumiendo como propietarios el riesgo que existe, hemos solicitado y consensuado con la preparación un incremento de exigencia en los trabajos que nos sirva para, en el menor tiempo posible, volver a extraer los mejores atributos de “Super Trip” en competición de cara a sus próximas citas. Hemos tenido que hacer noche obligada en esta pedanía, pero a partir de ahora, es necesario reservar en los mejores hoteles de la gran ciudad.
Asumimos el riesgo con la confianza plena en volver a encontrar esas medallas de oro en pruebas de entidad, y recuperar así los mejores valores de una yegua que ha demostrado ser referente y que no merece lidiar en plazas que no sean de primera categoría. Como propietarios, en ningún caso vamos a permitir que, una yegua ganadora del Gran Critérium a dos años, del Oaks a tres años, y con una intachable tarjeta de visita sin caerse del trio en sus diez salidas, sufra o no compita en plenas condiciones en pruebas de nivel. Si la apuesta que hoy ponemos en marcha desgraciadamente no obtiene los resultados esperados, de igual forma estaremos encantados de poder contar en la yeguada con una enorme madre que estamos seguros nos ofrecerá nuevos sueños futuros.
